
Secciones
Servicios
Destacamos
Más de siete meses después de la dana del 29 de octubre, todas las administraciones y los organismos que podían opinar y decidir en el sentido amplio de la emergencia tratan de darle un barniz de normalidad a una situación que fue claramente extraordinaria. Un fenómeno meteorológico nunca visto en la Coomunitat en este siglo. En primer lugar, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, que sigue sin dar explicaciones de qué hizo la tarde de autos; la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, que no asume ninguna culpabilidad y que no confesó ante la jueza Ruiz Tobarra que valoró confinar a la población, aunque siempre ha defendido que las órdenes no eran cosa suya sino del Consell. La CHJ, que redujo a la mitad la plantilla del SAIH la tarde de la dana, sigue en silencio en la boca de su presidente, Miguel Polo; y la Aemet se agarra al umbral de los 180 litros por metro cuadrado en 12 horas, la cantidad que hace saltar la alerta roja, para defender que cumplieron con el protocolo.
El problema es que la tarde del 29 de octubre se vivió una situación extraordinaria, que debería ser un punto de inflexión y de partida para modificar las normas con el objetivo de que todos los organismos sean más efectivos y operativos con el fin de salvar vidas –la riada de octubre se llevó 228 vidas por delante–.
La Aemet, en el informe de 87 páginas que entregó a la jueza que instruye el caso de la dana, explica que para la emisión de alertas se utilizan dos umbrales: la precipitación acumulada en una hora y la que se prevé en un plazo de 12 horas. «En la zona Mediterránea, un aviso rojo se activa cuando se prevé una precipitación en una hora de 90 litros por metro cuadrado o más de 180 en 12 horas», señala el informe oficial. El umbral es un valor mínimo, que una vez superado ya hace saltar la alerta máxima.
En la provincia de Valencia, en aquellos puntos donde llovió con más fuerza el 29 de octubre, hasta 26 pluviómetros de varias redes meteorológicas –Aemet, Avamet y Starlist– superaron en 12 horas –desde las nueve de la mañana hasta las ocho de la tarde– el umbral mínimo de alerta roja de los 180 litros por metro cuadrado. En varios de ellos incluso se llegó a duplicar la cantidad, según recoge la información oficial del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y en muy pocas horas, muchas menos de las 12 estipuladas.
La propia Aemet destacó en el informe remitido a la magistrada que en el área interior de Valencia se superaron los 300 litros por metro cuadrado «y hay que observar la gran intensidad y persistencia de la precipitación observada en la estación automática de Aemet próxima a la lo calidad de Turís, que registró en tan sólo una hora 185 litros por metro cuadrado y 621 en seis horas. Estos datos suponen nuevos récords medidos en las estaciones de red de Aemet».
Pero no sólo fue en este punto. En total fueron 26 los pluviómetros que en un plazo máximo de doce horas rompieron todos los récords e incluso alguno de ellos quedó inutilizado por la fuerza del agua.
En Turís, la situación estuvo incontrolada durante todo el día y los pluviómetros se dispararon a niveles nunca vistos –el que la red Avamet tiene en Canyapar alcanzó los 527 litros, de la misma manera que se dispararon los de Sisritel y Mojonera–.
En Chiva, los puntos del barranco de la Contienda y de El Pontet también recogieron variables nunca vistas antes, al igual que en otros puntos de La Hoya como Godelleta, Buñol y Alborache. La mayoría de estas precipitaciones cayeron en franjas muy localizadas y con gran fuerza, lo que posteriormente formó la barrancada en la rambla de Poyo y que llevó la destrucción y la muerte a la zona de l'Hora.
El agua acumulada aguas arriba del Poyo y en la zona de Turís pasó desapercibida para el órgano de emergencias, a pesar de que está demostrado que había pluviómetros suficientes para interpretar que la situación que se estaba dando se alejaba mucho de los parámetros normales de una alerta roja al uso. Si existiera, la dana del 29 de octubre en la Comunitat Valenciana se podría considerar como una alerta negra. Aemet, en sus boletines, fijó como cantidad 200 litros por metro cuadrado en al zona del interior de Valencia.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Óscar Bellot | Madrid y Guillermo Villar
José A. González y Leticia Aróstegui (gráficos)
David González
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.