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Cuando Pedro Sánchez anunció su plan estrella para atajar la crisis de vivienda de conformar un parque de alquileres asequibles con 50.000 inmuebles de la Sareb ... , ya eran escasos los pisos y casas que se encontraban en condiciones para ser cedidos y entrar a vivir. El pasado mes de abril, cuando el presidente del Gobierno volvió a anunciar la cesión de, en este caso, 30.000 viviendas de la entidad al SEPES, los inmuebles que estaban en condiciones de ser habitados ya se habían vendido en las principales ciudades de la provincia de Valencia.
Basta con echar un vistazo a las inmobiliarias especializadas en gestionar y comercializar los activos de la Sareb para ver cómo toda su oferta se centra en obras paralizadas desde hace años. «Todas las viviendas que estaban listas para entrar a vivir de la Sareb se agotaron hace más de dos años en Valencia y hace año y medio en Gandia», explica a LAS PROVINCIAS Santiago Ares, miembro de la Junta directiva de la Asociación de Inmobiliarias de la Comunitat (Asicval) y presidente de la Asociación de Inmobiliarias de la Safor (Aismar).
De las 6.700 viviendas que la Sareb tiene en la Comunitat Valenciana, un total de 3.800 inmuebles están sin habitar actualmente, a las que habría que sumar las 450 ocupadas por inquilinos que no se encuentran en una situación de vulnerabilidad, según asegura la Sareb. «El resto del parque, nunca se mantiene vacío sin más. Hay viviendas en reformas y otras en trámites administrativos para poder ser habitadas», explican desde el de 'banco malo', bautizado coloquialmente con este término por haber heredado todas las viviendas, promociones y créditos impagados de la crisis inmobiliaria de 2008.
«Tradicionalmente cuando terminábamos esos trámites, las vendíamos para repagar deuda al Estado. Pero ahora se está analizando todo el perímetro de vivienda para transferir a SEPES todas las viviendas que sean susceptibles de ser destinadas a alquileres asequibles», señalan desde la entidad.
En el caso de Hipoges, una de las pocas firmas que comercializa activos de la Sareb, sólo tiene ahora mismo en comercialización 435 viviendas en Valencia, repartidas en 14 lotes, y todas ellas están a medio construir. Un ejemplo llamativo de ello es un edificio ubicado en la calle Santa Risa de Aldaia, cuyas obras se paralizaron con la crisis y no se han vuelto a reanudar. A día de hoy, este inmueble de la Sareb luce un esqueleto de hormigón y hierro totalmente desangelado. Otro caso en estas mismas condiciones se encuentra en Vilamarxant, donde se pueden ver sólo los cimientos de una obra parada en la calle Sant Miquel. Se trata de 3.596 metros cuadrados a la venta por 186.790 euros.
Benicarló es otro de los escenarios donde quedan vestigios de la burbuja inmobiliaria en la provincia de Valencia. En la calle Peñíscola, la Sareb dispone de un edificio totalmente desnudo, sin paredes, con cuatro alturas levantadas. Cada piso consta de 73 metros cuadrados y se vende la promoción entera por 181.500 euros. «Se oferta la totalidad del edificio, compuesto por 1 local comercial situado en planta baja y 12 viviendas, siendo dos de las viviendas de la última planta de tipología dúplex», reza la descripción.
Además de las fincas sin terminar, Hipoges tiene en cartera 3.600 viviendas cuya comercialización está suspendida por varios motivos: porque la Sareb no dispone la posesión de parte de esos inmuebles, están alquilados, okupados o en tramites en el juzgado para obtener la posesión, además de las que se han retirado de la venta para dejarlas a disposición del plan de vivienda del Gobierno. No obstante, Ares avisa sobre esto último: «Probablemente rechacen esas viviendas que están analizando, porque no están terminadas o no cumplen las condiciones de habitabilidad, como ya ha sucedido en varias ocasiones».
El sector inmobiliario valenciano ya avisó hace dos años de que la pretensión de Sánchez de incorporar todos los inmuebles de la Sareb al parque público de vivienda no era realista. Y con los datos de la entidad en la mano, se reafirman.
«No se pueden crear falsas expectativas con el tema de la vivienda ante la situación dramática que estamos viviendo, y ofrecer cómo disponibles viviendas que están por construir no es una opción a corto plazo que vaya a paliar la necesidad actual», critica la presidenta de Asicval, Nora García.
«Podrán serlo en un futuro si se terminan estas promociones, pero es necesario decir claramente cuál es la situación de las viviendas de la Sareb en el territorio valenciano y qué inversión hay para terminarlas para que realmente puedan servir para aumentar el parque de vivienda social», agrega.
La vivienda se ha convertido en los últimos años en el problema principal tanto para la población joven como gran parte de las familias trabajadoras que no pueden acceder a una hipoteca o que están al límite con el pago de su alquiler. Tanto es así que en las últimas elecciones generales, en 2023, fue el campo de batalla por excelencia en la arena política, centrando gran parte de los programas electorales de cada partido.
Y sigue siéndolo. O, al menos, en el plano teórico, tal y como ha querido dejar claro el Gobierno al prpoponer que la próxima Conferencia de Presidentes se centre de nuevo en la vivienda, además de en la formación profesional.
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