Varios alumnos de un instituto de Xàtiva sufren desmayos por el calor ante la falta de climatización en el centro

El episodio extraordinario de temperaturas máximas vivido la pasada semana tuvo algunas consecuencias en municipios que están acostumbrados a estar en el top ten de toda España en marcar las máximas durante el verano, como es el caso de Xàtiva.

Este calor propio de los días principales de la canícula adelantado provocó que en uno de los centros educativos del municipio se produjeran desmayos por parte de varios alumnos. Concretamente en el Instituto Dr. Lluís Simarro, ubicado a las afueras del municipio y muy expuesto a las inclemencias meteorológicas al estar aislado de otras edificaciones y de espacios verdes.

El espacio más expuesto es la tercera planta donde el alumnado y profesorado no cuentan con la temperatura adecuada para que las clases se puedan desarrollar con el mejor confort.

Según explica la concejala de Educación, Amor Amorós, ya trasladaron el problema en septiembre a Conselleria y lo volverán a hacer al director general de infraestructuras educativas que visitará la ciudad esta semana, dado que es a quién compete el dar una solución a la problemática.

«Ni siquiera el mismo centro puede instalar un sistema de climatización por su cuenta. Tiene que contar con el permiso de Conselleria», explica la edil, quien apunta que se debe más a un tema relacionado con el gasto energético.

Entienden que deben de tomarse las medidas oportunas dadas las características de este centro y en concreto de esa tercera planta, con ventanales además que no cuenta con el aislamiento necesario y atendiendo también por las condiciones climatológicas de la ciudad.

Este será uno de los temas que se pondrán sobre la mesa en dicha visita que tiene como principal motivo la posible revocación de la delegación de competencias del Plan Edificant relativo al proyecto de reforma del CEIP Attilio Bruschetti.

Amorós recuerda que presentaron alegaciones al expediente abierto por Conselleria ante la inactividad del Ayuntamiento, puesto que no se había aún licitado la obra y estaba a punto de cumplirse el plazo.

Esas alegaciones tenían que ver con que era incierta la inactividad, que ya había un proyecto redactado y que la tardanza se debía a tener que contar con el visto bueno de Patrimonio, puesto que el colegio se encuentra en el casco antiguo, declarado como BIC.

«Revocar las delegaciones cuando se está a punto de sacar a licitación el proyecto sería un suicidio», subraya la concejala de Educación.

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