Pedaleando en un Mediterráneo lleno de cultura y tradición

La Sierra de Irta y los alrededores de Peñíscola se han convertido en un destacado destino para los amantes del ciclismo. Un escenario de gran valor natural y con un patrimonio histórico cultural combinado con la belleza del litoral y la diversidad de su relieve, ofreciendo alternativas que cruzan montañas, acantilados y extensas llanuras, ideales para ciclistas con distintos niveles de experiencia.

Una serie de rutas que discurren junto al mar y atraviesan encantadores pueblos con Peñíscola, con su entorno natural y sus numerosas opciones, como punto de partida inmejorable. Pese a su carácter abrupto, la Sierra de Irta, Parque Natural con más de 1000 Ha, 2000 de ellas marinas, también se puede explorar en familia. Partiendo de la ciudad del Papa Luna por el camino Pebret que sigue la línea de la costa, es posible visitar elementos patrimoniales como la Torre Badum y llegar hasta la antigua casa de los Carabineros, en la playa del Ruso.

El contraste entre el relieve de la sierra y la proximidad del mar convierte esta ruta en una experiencia única, especialmente para los más pequeños, que disfrutarán al pedalear entre salpicaduras de olas. Se trata de un recorrido de ida y vuelta con algunas subidas suaves que añaden un toque de aventura.

Desde Alcossebre, también podemos afrontar salidas circulares en las que disfrutar del entorno con el aroma del mar acompañando el pedaleo con opciones como una ruta de casi 50 kilómetros y dificultad media que se inicia en un trazado cercano al litoral, para descender por un antiguo camino hacia la playa del Ruso. Durante el trayecto, la silueta del tómbolo de Peñíscola, visible desde la Torre Badum, acompaña la marcha hasta llegar al tramo más desafiante: el ascenso a San Antonio.

La marcha continúa hacia la peña la Bota, a la que se accede por una senda técnica. Un pequeño desvío permite visitar el Castillo de Pulpis y contemplar el paisaje que se extiende al pie de la fortaleza. El regreso se realiza por caminos que bordean la costa pasando por el Mas del Señor y diversas calas, cerrando así un recorrido variado y lleno de contrastes.

De nuevo tomando como punto de partida la localidad de Alcossebre existen otras opciones que nos acercan a las antiguas torres y castillos asentados en la sierra de Irta. Se trata de antiguas fortificaciones que encontraremos a lo largo de 50 kilómetros de ruta pasando por la Torre Ebrí o el Castillo de Xivert como aperitivo antes de afrontar la dura ascensión al Coll de la Palma, desde donde contemplar la sierra en todo su esplendor. A continuación, una contundente bajada a la Font d'en Canes nos llevará a subir el Coll d'Imberri y acercarnos a la costa para llegar desde el norte a Torre Badum y afrontar una última subida, ya de nuevo en la sierra antes de finalizar la jornada en Alcossebre.

Quienes prefieran internarse tierra adentro desde Peñíscola encontrarán rutas variadas de carretera, con tramos exigentes y paisajes cambiantes. El ascenso al Coll de la Mirona destaca por su trazado serpenteante y las vistas panorámicas. Aquellos que busquen un reto mayor, pueden tomar rumbo hacia Morella para combinar kilómetros de naturaleza con historia y cultura, atravesando aldeas tradicionales y zonas rurales llenas de encanto.

La presente actuación se enmarca en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España, financiado por la Unión Europea-Next Generation-EU. Esta ayuda se incardina en el Componente 14 Inversión 1 del Plan de Recuperación, denominado «Transformación del Modelo Turístico hacia la Sostenibilidad».

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