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«Se desaconseja el baño en el río Buñol. La calidad del agua está siendo analizada por las autoridades sanitarias». Este anuncio este miércoles del Ayuntamiento de Buñol se debió, según confirmó a LAS PROVINCIAS la alcaldesa Virginia Sanz, a una maniobra de pura prevención a la espera del análisis del agua tras tener conocimiento de que varias personas habían sufrido una reacción cutánea al bañarse en la parte alta, en una poza.
«No sabemos la causa, ni siquiera si es del río porque otras personas se bañaron y no les pasó nada, pero hemos decidido desaconsejar el baño a la espera de lo que nos digan», señaló la primera edil. El baño no puede prohibirse, como quedó demostrado la pasada Semana Santa en el ámbito del Parque Natural del Turia, con lo que los Ayuntamientos deben plantearlo como una recomendación a la población.
Nada más conocer lo ocurrido con los citados bañistas, desde el gobierno municipal informaron al centro de salud, que a su vez comunicó con el departamento del hospital de Manises. «Lo hemos hecho por prevención», insistió a la espera de saber el resultado de los análisis del caudal.
El río Buñol se vio fuertemente afectado por la dana, con lo que las zonas tradicionales y turísticas de baño, con alguna playa fluvial incluso, quedaron arrasadas e irreconocibles. Se trata de un afluente del Magro con varias pozas, azudes y manantiales que han sido durante años un imán para los amantes de la naturaleza y el senderismo.
Técnicos de la Confederación Hidrográfica del Júcar se reunieron con responsables a finales de abril, con el fin de inspeccionar las zonas más dañadas. Tras visitar el Paraje de Turche, el Paraíso y el Camino de La Jarra, determinaron que el organismo estatal de aguas se pondría manos a la obra en la reconstrucción de todo lo que se refiere al dominio público hidráulico. Eso sucedió días después de que el Consistorio decidiera cerrar la Cueva Turche por los daños sufridos en la dana. El acceso es «intransitable», indicaron fuentes conocedoras de este paraje.
Nada más difundir el aviso, los vecinos de Buñol comenzaron a especular con vertidos llegados incluso desde Siete Aguas, aunque la alcaldesa insistió en que se desconoce la causa de la reacción cutánea de los bañistas que originó la petición.
«Se deberían poner carteles en los accesos al río avisando de cómo está el agua y el estado de los charcos después de la dana. Estos años atrás al charco El Paraíso entraban familias enteras con carritos bebes, niños, etc., y los charcos y pozas no están como antes, cuidado no tengamos otra desgracia», indicó uno de los residentes recordando la muerte de un joven hace unas semanas.
Otros alababan la decisión, aunque pedían que se difundiera el resultado del análisis, lo que en teoría es inmediato. Otras pedían que se tomen también muestras en el manantial de San Luis, además de reclamar una limpieza integral de la zona.
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