Recurren el sobreseimiento de la causa contra dos miembros de la manada escolar de Valencia

La Audiencia Provincial de Valencia deberá decidir en los próximos días si revoca o ratifica el sobreseimiento de la causa abierta por un juez de menores contra dos miembros de la manada escolar que agredió sexualmente y amenazó, presuntamente, a un adolescente de 13 años. Los recursos presentados por la acusación particular argumentan que existen indicios de criminalidad suficientes para continuar el procedimiento después de que dos psiquiatras, un psicólogo, un médico forense y dos testigos respaldaran la versión de la víctima.

Como ha informado LAS PROVINCIAS este viernes en exclusiva, dos meses después de la agresión sexual, el menor se desplomó sobre los brazos de su madre y entró en estado catatónico tras sufrir un severo estrés emocional. El primer psicólogo que atendió a la víctima logró que le contara el trauma que le atormentaba: «Escenifica estar rodeado por un grupo de chicos de los que daba los nombres, echando baba por la boca con elevado nivel de bloqueo y angustia, refiriendo que la baba es semen y refiriendo inmovilidad», afirma el informe del especialista.

Según el médico forense adscrito al juzgado de menores, la víctima sufrió graves episodios de amnesia por el dolor derivado de volver a experimentar el suceso ocurrido en un hotel de Benalmádena, y por este motivo no pudo explicar bien los hechos en el momento de su declaración a través de la cámara Gessel.

Después de tomar declaración a la víctima y a siete adolescentes implicados, tres de ellos menores de 14 años, la Fiscalía de Menores solo acusa a uno de los jóvenes y pide una pena de 15 meses de internamiento en régimen cerrado. La condena que solicita el Ministerio Público está complementada con otra medida punitiva de dos años de libertad vigilada y la obligación de someterse a un programa formativo de educación sexual.

Dos miembros de la manada son inimputables, ya que tenían 13 años cuando sucedieron los hechos, y otros dos se acogieron a su derecho a no declarar y no se ha podido acreditar su participación en la agresión sexual, por lo que la jueza de menores dictó un auto de sobreseimiento de la causa abierta contra los dos jóvenes.

La resolución judicial suspende temporalmente el procedimiento penal en el caso de estos dos adolescentes investigados al considerar que no hay suficientes pruebas para continuar acusándolos, aunque la decisión debe ratificarla la Audiencia Provincial de Valencia.

La acusación particular considera también «la más que posible responsabilidad» de la dirección del colegio, cuya omisión en la protección del menor podría derivar en una responsabilidad civil. A pesar de conocer la existencia de episodios previos de acoso y violencia escolar, «el centro escolar nunca adoptó medidas tendentes a la prevención de una situación de 'bullying' que culminó en la presunta agresión sexual», afirma el recurso.

Sobre el sobreseimiento libre acordado respecto a uno de los menores, la acusación particular considera que la decisión de la jueza «imposibilitaría su futuro enjuiciamiento en caso de que aparecieran nuevos elementos probatorios de cargo en su contra».

La mejora del estado psicológico de la víctima podría ayudar a esclarecer los hechos y cambiar incluso la situación procesal de algunos de los investigados, ya que cuando el menor prestó declaración en la Ciudad de la Justicia «no estaba en condiciones de profundizar por riesgo de recaída», según el psiquiatra.

Dos días antes de la comparecencia judicial, el menor vio a varios de los jóvenes implicados y huyó de ellos, por lo que «resulta plausible pensar que se tratara de un cuadro autolimitado con falsos reconocimientos y miedos ante la situación judicial», afirma el informe del médico forense.

Aunque la agresión sexual en grupo y los episodios de acoso que sufrió el menor eran un secreto a voces en el colegio desde el verano de 2023, la noticia publicada por LAS PROVINCIAS sobre la causa abierta contra varios miembros de la manada ha causado un gran revuelo este viernes entre los alumnos y profesores.

Algunos escolares han increpado e insultado a los jóvenes investigados, por lo que un profesor tuvo que intervenir para apaciguar los ánimos. Tras el incidente, la dirección del colegio, cuyo nombre omitimos para preservar los derechos de la víctima y los presuntos agresores, llamó a la Policía para que protegiera a los menores a la salida del centro.

Los hechos que investiga una jueza de menores sucedieron el 28 de marzo de 2023 durante un viaje a Málaga de un grupo de alumnos de un colegio concertado de Valencia. Según la acusación particular, la manada rodeó al menor en el pasillo de un hotel de Benalmádena y le obligó a entrar en un cuarto de baño. Luego le mostraron vídeos pornográficos, se masturbaron delante de él, le amenazaron con frases como «hazte una paja o morirás» y le agredieron sexualmente tras cerrar la puerta con pestillo.

Mientras unos forzaban a la víctima, otros animaban a los agresores, y el cabecilla del grupo dijo: «Que sufra, que sufra, quiero ver cómo sufre», según la reconstrucción de los hechos que realizó la acusación particular y la Fiscalía de Menores. Tras regresar a Valencia, la manada continuó acosando al chico de 13 años dentro y fuera del colegio, le infundieron miedo para que guardara silencio y lo amenazaron a través de las redes sociales, llegando incluso a llamarle más de 300 veces a través de Whatsapp.

Asustado por si le hacían daño a su hermano pequeño, que estudiaba en el mismo colegio, el menor decidió sufrir en silencio un calvario con una sucesión de vejaciones y pesadumbres que minaron poco a poco su salud mental.

Conforme pasaban los días, su estado anímico empeoró, pero no contó nada a sus padres ni profesores por el miedo que seguía teniendo a la manada. Dos meses después de la agresión sexual, el menor se desplomó sobre los brazos de su madre y entró en estado catatónico tras sufrir un severo estrés emocional.

Como consecuencia de la agresión sexual y los posteriores episodios de amenazas y acoso en el colegio, la víctima fue ingresada en el Hospital La Fe en dos ocasiones (durante 35 días) y en la actualidad sigue recibiendo tratamiento psiquiátrico.

A pesar de los episodios de amnesia que sufrió el menor por su bloqueo emocional, los hechos que describió al psicólogo podrían ser constitutivos de los delitos de agresión sexual, detención ilegal y amenazas.

El especialista tuvo claro desde el primer momento que debía acudir al juzgado de guardia para presentar la correspondiente denuncia, y eso es lo que hizo tras informar primero a los padres del chico. También entregó una copia de la denuncia a la directora del colegio donde estudian todos los menores implicados.

La víctima y sus dos hermanos tuvieron que abandonar el colegio después de que trascendiera la violación grupal y las investigaciones de la Fiscalía, que denegó el secreto de las actuaciones con la conformidad de la jueza de menores.

Según los abogados de los menores investigados, «la pericial de la Policía descarta las 300 llamadas de acoso y los numerosos vídeos de contenido sexual» que el psicólogo refirió en la denuncia que presentó en el juzgado de guardia.

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