La (no) inversión del Estado en la Albufera

Los expertos, que debatieron durante más de dos horas acerca del decálogo, llegaron a crear un nuevo punto, capaz de aunar lo que para ellos son las dos necesidades imperiosas para la Albufera: el consenso político y la inversión. Respecto al consenso político, los presentes confesaron sentirse decepcionados con la crispación entre administraciones que se está viviendo en materia de recuperación tras la dana. Sin embargo, todos ellos centraron gran parte del tiempo al asunto de las inversiones. Las políticas de protección de un parque natural están muy bien, pero todos afirmaban que sin dinero «no vamos a ningún lado». Y ese dinero, debido a que el músculo financiero reside en Madrid, depende en mayor medida del Gobierno.

De hecho, varios de ellos fantasearon con las partidas presupuestarias con las que cuentan otros parajes a nivel nacional. «Si nosotros tuviéramos las inversiones que van a recibir otros parques, la recuperación de la Albufera sería una realidad», comentó uno de los presentes. Y es que, el Gobierno de España ha mostrado su apoyo a otros parajes del país, con hechos, acciones e inversión. Mientras, la Albufera vive de promesas que parecen utópicas, visto el trabajo de los últimos años.

Con esto hay que referirse, por ejemplo, a Doñana. Es cierto que se trata de un parque nacional, pero el Gobierno central no ha mostrado mucho ímpetu en trabajar en su recuperación hasta que la solución se ha vuelto crítica. En este sentido, este paraje cuenta con un Plan de Actuación específico del Ministerio de Transición Ecológica para el Reto Demográfico (MITECO), que pocos espacios naturales pueden disfrutar. Este plan supone un marco de actuaciones que se especifican, cifran y gestionan de manera exclusiva para Doñana. En noviembre de 2022, la entonces ministra Teresa Ribera anunció este marco con un presupuesto de 356,5 millones de euros. Una partida presupuestaria generosa y a la altura de las necesidades del paraje. Sin embargo, tan sólo un año después la misma Teresa Ribera anunció una actualización de las actuaciones con un presupuesto adicional de 350 millones de euros. Casi la misma cantidad con sólo un año de diferencia.

Este documento explicaba que sumando las cantidades prometidas, en total el paraje contaría con 706 millones de euros. Dentro de las más de 77 páginas donde se explica las tareas a desarrollar, se desglosa en qué se deberán gastar todas estas cantidades. En el primero de los informes, el MITECO informaba de un presupuesto de casi 8 millones de euros para la gestión y administración de tareas relacionadas con el dominio público hidráulico. Más de 156 millones de euros para trabajos de disminución de extracciones de agua subterránea, o más de 143 millones para mejorar el saneamiento y depuración de su entorno. En 2023, el nuevo documento -actualizado en mayo del año pasado- destina 116 millones de euros a tareas relacionadas con el sector agroalimentario (renaturalizar zonas o ayudas a los agricultores), 70 millones para iniciativas de entidades locales o 32 millones para la mejora de las condiciones de vida y habitabilidad de vivienda de los temporeros agrícolas.

A todo ello, habría que sumar que el MITECO aprobó en diciembre de 2022 el Plan Estratégico de Humedales a 2030, un proyecto de inversión durante el periodo 2023-2030 para la conservación de estos parajes. En este sentido, Doñana se llevaría el pellizco de 177 millones de euros más de este plan. En total, Doñana goza de una inversión del Gobierno total desde 2022 hasta 2030 de 883 millones de euros. Cuando uno ve estas cifras, es fácil pensar: «¡Ay, si la Albufera tuviera este dinero!».

Por su parte, otro paraje que tiene un plan específico de actuaciones por parte del Gobierno es el Mar Menor. El espacio natural de la Región de Murcia cuenta con un Marco de Actuaciones Prioritarias para Recuperar el Mar Menor (MAPMM) iniciado en 2021 y que cuenta con inyecciones presupuestarias hasta 2026. En total, 484,42 millones de euros del Estado para proteger un espacio que también ha sufrido las consecuencias demográficas y del cambio climático. En este marco de trabajos, el Gobierno proyecta casi 228 millones de euros para tareas relacionadas con la restauración y mejora ambiental en el ámbito de la cuenca del Mar Menor, así como más de 26 millones de euros para la ordenación y vigilancia del dominio público hidráulico o 182 millones destinados a la gestión de riesgos de inundación y actuaciones de reducción de la carga contaminante. Por supuesto, el Mar Menor también está incluido dentro del Plan Estratégico de Humedales, lo que le suma a su partida de inversiones 214,8 millones de euros más. En total, el paraje murciano cuenta con una implicación del Gobierno en materia de inversiones para su conservación de 699,22 millones de euros. Otra vez, esa extraña sensación de envidia sana...: «¡Ay si la Albufera contara con ese apoyo!.

Cuando los expertos en la Albufera debatían acerca de lo «poco que invierte el Estado en la Albufera» con respecto a otros parajes, también salió a la palestra el entorno catalán del Delta del Ebro, en Tarragona. En este caso, este periódico ha intentado acceder a los datos de inversión del Gobierno para este paraje en el periodo temporal comprendido en los ejemplos anteriores y comparados con la Albufera, pero no ha encontrado cifras confirmadas. Lo que sí se puede decir de este paraje natural, es que la exministra Teresa Ribera celebró en marzo de 2024 una reunión con la conselleria de Acció Climàtica del gobierno catalán y con la entidad de iniciativa social Taula de Consens pel Delta. En dicho encuentro, Ribera anunció y presentó a los presentes en la reunión un Marco de Actuaciones para el Delta del Ebro formado por intervenciones fluviales, en el litoral y ambientales para la preservación y mejora de este espacio natural tan vulnerable al cambio climático. Es decir, un plan concreto por parte del Gobierno central para proteger el enclave natural. De este encuentro no se mencionaron partidas económicas en materia de inversión, pero sí hubo compromiso por parte del Ejecutvio de destinar presupuestos exclusivos para el Delta del Ebro.

¿Qué tiene que ver todo este baile de cifras, marcos de actuación e inversiones del Gobierno con la Albufera? Pues es sencillo. Todas estas acciones llevadas a cabo desde el gobierno central, en el caso de la Albufera, brillan por su ausencia. Cuando hablamos de la implicación con la laguna valenciana y estos parajes, las comparaciones son odiosas. Este periódico ha solicitado al MITECO las inversiones directas enviadas a la Albufera desde 2021 hasta hoy. No ha habido respuesta. Tras la dana, el Gobierno ha destinado 30 millones de euros para arreglar motas o recuperar infraestructuras de conservación de la biodiversidad, pero también para trabajar en ramblas, lo que indica que no todo el presupuesto irá al parque. En cuanto al Plan Estratégico de Humedales, a la Albufera le han comprometido de 2023-2030 un total de 149 millones de euros. Pero, ¿y en los últimos cuatro años? Pues la Albufera ha vivido de muchas promesas y pocas acciones. El Estado destinó 5 millones en 2021 a obras en el colector oeste, otros 8 millones de euros en 2022, y otros 2,7 millones en 2023. A partir de esa fecha, se prometieron otros 14 millones de euros para la mejora de dicha infraestructura. En enero de 2024, el Gobierno invirtió 32 millones de euros a la mejora de regadíos, lo que a la Albufera le proporciona de manera indirecta agua de calidad, pues los cambios permitirán mayor ahorro por parte de los regantes. En definitiva, desde 2021 hasta 2030, la Albufera ha sobrevivido con promesas de inversión por un total de 308 millones de euros (129 de ellos aún se esperan) y con la terrible sensación de que el parque podría estar mejor con inversiones similares a la de otros entornos del país.