Borrar
Toda la verdad sobre las proteínas: ¿de qué está hecho realmente ese batido que bebes?

La obsesión por la fuerza y la eterna juventud

Toda la verdad sobre las proteínas: ¿de qué está hecho realmente ese batido que bebes?

Sirven para desarrollar músculos, fortalecer huesos, producir hormonas... nadie niega su poder, pero el auge de la cultura fitness las ha convertido en una especie de 'elixir mágico' —convenientemente comercializado en suplementos— que se asocia a la fuerza, la masculinidad y la eterna juventud. Te contamos las claves de la renovada fascinación por las proteínas. 

Viernes, 06 de Junio 2025, 11:33h

Tiempo de lectura: 15 min

Quieres que la gente importante te respete o prefieres ser un 'neuras' toda tu vida y morir virgen?», pregunta a su hermano Saxon Ratliff, el personaje al que da vida Patrick Schwarzenegger en la serie The white lotus, mientras lo anima a beberse un batido de proteínas para convertirse en un 'hombre de verdad'. Y, aunque la obsesión de Saxon con relacionar proteínas y éxito acaba teniendo un giro inesperado, la escena puso las redes patas arriba al dividir al público en dos: los que lo entendieron como una metáfora de la hipérbole proteica que asola el Primer Mundo y los que preguntaban de qué estaba hecho el famoso batido.

No sirve de nada consumir cantidades extra de proteína si no se hace actividad física para transformarla en masa muscular o si no se ingieren hidratos en proporción para poder sintetizarla

Bebidas, barritas, galletas, yogures y hasta aguas de colores copan las estanterías de los supermercados en versiones potenciadas con proteínas, mientras que los gurús de las dietas para conseguir el cuerpo perfecto las vinculan con el rendimiento deportivo y la pérdida de peso. Pero ¿cómo hemos llegado hasta aquí? ¿En qué momento las proteínas se han convertido en el macronutriente estrella? Recurrimos a los expertos.  

¿QUÉ HACE IMPRESCINDIBLES A LAS PROTEÍNAS? LOS LADRILLOS DE LA VIDA

La proteína es uno de los tres macronutrientes básicos, junto con la grasa y los carbohidratos, y posiblemente el más importante, ya que es el único que contiene nitrógeno, sin el cual no podemos crecer ni reproducirnos. Su ingesta es innegociable. Pero entender el proceso requiere un breve repaso de la clase de biología del colegio: un embrión humano, desde que se forma, lleva la información genética, el ADN, que le dice a sus células cómo fabricar proteínas, esenciales para existir. Las células fabrican proteínas a partir de los aminoácidos, que son 'los ladrillos de la vida'. Existen veinte tipos de aminoácidos, y nueve de ellos, los llamados 'esenciales', no los puede producir el cuerpo por sí solo, así que deben obtenerse a través de los alimentos. El proceso es singular porque las proteínas que ingerimos no se integran 'directamente' en nuestro cuerpo, sino que se descomponen en aminoácidos y son nuestras células las que reutilizan esos aminoácidos para fabricar las proteínas específicas que necesitamos dentro de nuestro organismo. ¿Cuál será su función? Construir y reparar tejidos como los músculos, la piel, el cabello y las uñas; producir enzimas y hormonas que regulan procesos vitales como la digestión; y formar parte de los anticuerpos que combaten las infecciones. En términos alimentarios, las proteínas son los nutrientes esenciales que el cuerpo necesita para crecer, repararse y funcionar correctamente.

¿DE DÓNDE SE OBTIENEN? DE LA VACA AL GUISANTE

Las proteínas se pueden obtener de fuentes animales y vegetales. «La leche y sus derivados, los huevos, las carnes magras y los pescados se encuentran entre las fuentes animales más saludables», asegura la nutricionista Mar Mira, de la clínica Mira Cueto. «En cuanto a las vegetales, destacan las legumbres, los cereales integrales, los frutos secos o las semillas». La diferencia entre una u otra fuente radica en la calidad de la proteína. Las de origen animal tienen todos los aminoácidos esenciales en proporciones óptimas. Se consideran proteínas completas. A las de origen vegetal, a veces les falta uno o más aminoácidos esenciales o los tienen en menor cantidad. Pero, a largo plazo, las proteínas animales, si se consumen en exceso o de fuentes procesadas (embutidos, carnes rojas), se vinculan con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, ciertos cánceres, y colesterol alto, lo que no ocurre con las vegetales. 

¿CUÁNTAS PROTEÍNAS DEBEMOS INGERIR? LO QUE CABE EN LA PALMA DE UNA MANO

«La Organización Mundial de la Salud recomienda una ingesta diaria de 0,75 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal para adultos sanos, siempre que sean proteínas de alta calidad como las de la leche o el huevo. Sin embargo, en muchos países, como Estados Unidos y España, las autoridades sanitarias han adoptado una recomendación ligeramente superior: 0,8 gramos por kilo al día», asegura la doctora Cueto. 

Lo que de verdad tomas en los batidos

El 'protein chic' y la poción mágica

El suero de leche es ‘la cosa acuosa’ que queda durante la elaboración del queso después de separar la cuajada. Pues bien, ese suero es el ingrediente más habitual de los batidos de proteínas. Puede obtenerse también del huevo, la carne y de ciertos vegetales, pero el más común es la proteína de suero, que se vende en polvo.

En las grandes fábricas de queso... Leer más

Esto significa, según la media de peso por género, que la mujer promedio debe comer alrededor de 45 gramos de proteína al día, y el hombre promedio, unos 56 gramos. Una lata de atún de 80 gramos tiene una media de 23 gramos de proteína; un filete de ternera de 100 gramos, unos 30 de proteína; un huevo cocido, 13 gramos de proteína; cuatro nueces, 4 gramos... Puede hacer combinaciones y matemáticas, pero la idea es que la porción ideal diaria de alimentos que contienen proteína debe caber en la palma de una mano.

«Solo se requiere un aporte proteico superior en situaciones específicas como el deporte de alto rendimiento, en procesos de recuperación por cirugía, dietas hipocalóricas, durante el embarazo, por envejecimiento o en personas con enfermedades crónicas. En estos casos, es recomendable ajustar la ingesta proteica con la ayuda de un profesional de la salud», explica Vicente Clemente Suárez, catedrático de Ciencias de la Actividad Física de la Universidad Europea. 

Cómo los alimentos proteicos se convirtieron en 'trending topic'

JUSTUS VON LIEBIG

EL EXTRACTO DE CARNE

El químico alemán Justus von Liebig, uno de los primeros en estudiar los macronutrientes (grasas, carbohidratos y proteínas), consideraba la proteína «como el único nutriente verdadero». Fue el primero en producir y distribuir en masa un producto asociado con la proteína en la década de 1860. Lo llamó ‘el extracto de carne de Liebig’ y resultó ser un gran negocio. Sobre todo, entre aquellos que no podían permitirse... Leer más

JOHN HARVEY KELLOG

LOS VEGETALES PROTEICOS

John Harvey Kellogg, además de crear los famosos cereales, fue el gran promotor de las proteínas vegetales. Vegetariano convencido, quería hacer más sanos los hábitos alimentarios de los americanos y reemplazar la carne por guisantes, lentejas, frutos secos… ricos en proteínas. Sus cereales —explicaba en 1910— incluían ‘carne de nueces’, como estrategia de promoción.
Y, por cierto, no llevaban azúcar. Añadir azúcar fue idea... Leer más

BOB HOFFMAN

EL PRIMER BATIDO

Las empresas cárnicas siempre han promocionado el alto contenido de proteínas de sus alimentos, pero el primer batido de proteínas procesadas no fue idea de esos magnates, sino de un popular culturista americano, Bob Hoffman. Fue él quien lo lanzó al mercado en 1952, como parte de sus negocios de aparatos de halterofilia y otros suplementos. Hoffman hizo fortuna, pero pasó por los tribunales... Leer más

DAVID JENKINS

SUPLEMENTO PARA ATLETAS

En los años 70 y 80, el interés por los productos proteicos decayó porque el foco dietético y la industria se centraron en crear productos bajos en calorías y sin azúcar: fue el momento de las Diet Coke. Pero en 1988 David Jenkins, un atleta escocés y medallista olímpico, comercializó por primera vez la proteína de suero como un ‘optimizador’ para deportistas (el ProOptibol). Se lanzó en... Leer más

ROBERT ATKINS

… Y, ADEMÁS, ADELGAZA

Fue una investigación científica de 2003 la que sugirió que las dietas altas en proteínas podrían ayudar a perder peso y ese ‘efecto colateral’ hizo que la proteína recuperase su estatus de superestrella de nutrientes. Surgieron las dietas ‘milagro’, cada una de las cuales ofrecía una variedad de bebidas y barritas proteicas. Robert Atkins publicó por primera vez su dieta baja en carbohidratos y... Leer más

ANDREW HUBERMAN 

LA PROTEÍNA COMO IDEOLOGÍA

Andrew Huberman es un neurocientífico de la Universidad de Stanford que se ha hecho famoso y millonario vendiendo batidos de proteínas y suplementos para mejorar no solo tu cuerpo –el suyo sin duda es un ejemplo hipermusculado inusual en un científico–, sino tu mente, que él se encarga de ‘moldear’ con su pódcast, donde incluye recomendaciones sobre cómo vivir tu vida. Tiene tal éxito... Leer más

Y, para las personas que practican deporte regularmente, la recomendación oscila entre 1,2 y 2 gramos (si ya eres profesional) de proteína por kilo de peso al día. Nada, a priori, que requiera suplementos proteicos, en una situación normal y con hábitos alimentarios sanos. Solo están indicados, apunta Alma Palau, gerente del Consejo General de Colegios de Dietistas-Nutricionistas, «cuando no existe una ingesta de proteínas suficiente en la dieta», algo excepcional o relacionado con el envejecimiento. A medida que envejecemos, el cuerpo experimenta una pérdida natural de masa muscular conocida como 'sarcopenia'. «Para contrarrestarla, se recomienda aumentar la ingesta de proteínas a entre 1,2 y 1,6 gramos por kilogramo de peso corporal al día».

Una de sus principales virtudes es su alto poder saciante: con las proteínas, el apetito se reduce de forma más eficaz que con las grasas o los carbohidratos

Pero, sobre todo, no hay que olvidar que cuando comes un filete de ternera o de pollo, no solo estás ingiriendo proteínas, estás procesando magnesio, vitaminas B, zinc y hierro. Con un batido de proteínas, solo obtienes proteínas.

¿POR QUÉ SE HAN PUESTO DE MODA? LA CAÍDA EN DESGRACIA DE LAS GRASAS Y LOS CARBOHIDRATOS

La industria de los suplementos proteicos generó en España 342 millones de euros en 2023, un 26 por ciento más que el año anterior, según la empresa de investigación de mercado IRI. Y lo que es más llamativo: la demanda de estos suplementos en farmacias aumentó en 2024 un 175 por ciento, según el Observatorio de Tendencias de Cofares. En Estados Unidos, las cifras son aún más llamativas: el mercado de proteínas alcanzó los 2720 millones de dólares en 2024. ¿La razón? «Existe una tendencia que asocia las proteínas con rendimiento y masculinidad. Además, en los últimos años se reivindica el entrenamiento de fuerza como especialmente saludable para mujeres a partir de la mediana edad, lo que ha generado una demanda extra para preservar la masa muscular», asegura Clemente Suárez. 

Pero el furor por aupar a las proteínas al pódium de los campeones nutricionales solo puede entenderse como parte de una serie de batallas dietéticas históricas. Si ahora las consumimos tanto es porque los otros dos macronutrientes se convirtieron en enemigos públicos. Las grasas cayeron en desgracia en 1956 con el llamado Estudio de los siete países, del fisiólogo estadounidense Ancel Keys, que vinculaba las enfermedades cardiacas con el consumo de grasas saturadas, como las que se encuentran en la mantequilla o la carne. Años después, en 2015, otro gran estudio de un equipo de investigadores canadienses corrigió a Keys y concluyó que la ingesta de grasas saturadas no estaba asociada con un mayor riesgo de enfermedad cardiaca o accidente cerebrovascular. Pero para entonces los supermercados ya habían compensado la 'moda' de una dieta baja en grasa con un extra de azúcar y carbohidratos refinados en muchos de sus productos. Lo que inevitablemente llevó al sobrepeso de una buena parte de sus consumidores e hizo que el nuevo enemigo pasasen a ser los carbohidratos y el azúcar. El resultado es que las proteínas se han convertido en el único reducto para una población que parece querer seguir comiendo –o consu- miendo– sin límite... y sin engordar. 

¿QUÉ PASA SI CONSUMIMOS DE MÁS? ADIÓS A LA MICROBIOTA...

Pero, si no consumir suficiente proteína lleva a la desnutrición, consumir de más también es peligroso. «El cuerpo tiende a eliminar el excedente a través del sistema renal. En personas sanas, esto no suele suponer un problema grave a corto plazo, pero mantener una ingesta muy elevada de proteínas durante largos periodos puede suponer una sobrecarga para los riñones y el hígado –explica Clemente–. Además, muchas veces ese exceso proteico proviene de productos ultraprocesados que contienen azúcares añadidos, grasas de mala calidad o aditivos, lo que puede contribuir a un aumento del peso, desregulación metabólica o problemas gastrointestinales». 

Pero el verdadero problema es abusar de los suplementos de proteínas, instados por modas que «confunden las recomendaciones reales con mensajes comerciales», asegura Suárez.  Un riesgo que, según Alma Palau, afecta sobre todo a los más jóvenes. «Estamos viendo cómo desarrollan trastornos de conducta alimentaria, problemas digestivos, pérdida total de la microbiota intestinal, aumento de intolerancias alimentarias o pérdidas de peso rápidas después de haber desarrollado mucha masa muscular». Y alerta de la confusión más extendida: «No por mucha proteína que consuma voy a tener más masa muscular o más fuerza. No sirve de nada que consuma proteína en exceso si no hago actividad física para transformarla en masa muscular o si no ingiero hidratos de carbono en proporción para poder sintetizarla y transformarla en tejidos».

¿SIRVEN PARA PERDER PESO? MÁS BIEN, PARA DISIMULAR EL HAMBRE

Según la doctora Cueto, «una de las principales virtudes de las proteínas es su alto poder saciante: al consumirlas, el apetito se reduce de forma más eficaz que con grasas o carbohidratos. Esto se debe a su efecto sobre hormonas como la grelina, el péptido YY o el GLP-1, que regulan la sensación de hambre y plenitud. Además, las proteínas requieren más energía para ser digeridas, lo que aumenta ligeramente el gasto calórico en reposo, algo muy útil en una dieta hipocalórica. También favorecen una mejor respuesta glucémica tras las comidas, lo que ayuda a controlar los picos de insulina y a reducir los antojos. Por eso, muchas dietas actuales, como la cetogénica o la dieta baja en carbohidratos, dan prioridad a las proteínas».

MÁS DE XLSEMANAL